¿son las tuyas o las mías?

Es curioso estar abrazado a alguien, y que suenen las tripas y uno no tenga claro si son las propias o las del otro …

Y digo esto porque voy a intentar contar por encima mi fin de semana. Paso de prostituir mi intimidad en el blog, pero es que ha sido tan tan tan tan completo y tan tan tan tan intenso que me apetece compartirlo.

El viernes vino Sureña y me fui a recogerla al aeropuerto. Corte mayúsculo porque venía acompañada de una pareja de amigos que también venían a pasar el fin de semana a Madrid. Amigos que yo conocía de oídas y a los que me apetecía conocer en persona aunque fuera unos minutos en el aeropuerto. Bueno, pues eso, un corte. Y un punto de envidia porque se van de viaje en unos días a Laponia, y ese es uno de los sitios del planeta que más me seduce visitar en estos momentos. Todo llegará.

Como la semana ha sido dura con partido de fútbol el miércoles del que todavía me estoy recuperando (mi alma es de ratón de área mas mi cuerpo ya no responde a los estímulos rematadores ….) derechitos a casa a pedir una pizza. Pizza Sureña. Entendedme: jamón York y piña. Full stop. Es más fácil lo del camello y el ojo de la aguja a que la cría coma cosas “raras” (léase embutido, legumbres, o huevos fritos, aunque el fin de semana también ha traído sorpresas en ese sentido).

Primer partido de la copa Davis. Ya sabéis: ping pong de pista. Perú – España. Tenista desconocido del cono sur, tenista desconocido nacional. Craso error: no conocer nada más y nada menos que a Nicolás Almagro, puesto 31 en el ránking (llegó a ser 26) y murciano es una abominación. Ganó Nicolás. El tercer set lo pasé abrazado a Sureña sin mirar la tele (es lo que tiene este deporte, me da modorra). De ahí mi comentario sobre las tripas con las que comenzaba el post. Pero no me dormí, no, que ella me lo retransmitía. ¡¡ qué contertulio tan valioso ha perdido el carrusel deportivo ¡! (Nota Mental: recordarme a mí mismo que el tenis femenino si que me mola, sobre todo con esos gritos semiorgásmicos en los restos, esas falditas de tablas, esas …. ). Antes de acostarme flipé un rato viendo un concurso de la Primera que se llama Identity y he decidido que voy a escribir para concursar.(aunque no acerté la identidad de ninguno, joer)

El sábado ¡¡ a comer a un filipino ¡! Mi capacidad de ingerir alcohol crece con los años. Mi capacidad de chisparme también. Resultado: 3 de la tarde y prácticamente mamao. Vaya ejemplo para mis hijos. Hic!

Luego fuimos al teatro. Misterioso asesinato en Manhattan. La de Quique San Francisco y Beatriz Santana. Fresca, divertida y buena adaptación de la peli de Allen.

Luego paseíto hasta Chueca, con un par de paradas para ingesta de don de Ceres. Esta vez no me tajé: seguía tajado del mediodía. Haciendo tiempo para la hora de la cena nos metimos en un garito y entre birra y birra nos echamos un parchís, una oca y unas damas chinas. Sumando los años que hacía que Southern y yo no jugamos al parchís saldría una cifra parecida a los vecinos de Gardel aquellos del post de Colette. (Nota Mental: enterarse de donde carajo cuando tienes todas las fichas fuera de casa y sacas seis, cuentas 12. Eso me pretendía hacer creer la niña)

Cenita en Divina La Cocina. Nota mental 3: No cenar nunca en sitios donde absolutamente todos los camareros son mucho más guapos y mucho más cachas que yo por mucho ambiente gay que haya. Herido en mi orgullo mango un adornito de la mesa. Llueve sobre mojado. A estas alturas ya estaba borracho perdío.

El domingo no hay nada para salir del coma etílico como una exposición de Modigliani. Fas – ci – nan – te. Resalto un retrato de Diego Rivera pintado por Modi que era la caña

y descubrir un pintor desconocido hasta ese momento: Kisling. Tengo que buscar cosas de este tipo.



Mola ir con Sureña a exposiciones de pintura, porque además de cogerme la mano y sonreírme me cuenta cosas sobre los trazos, el movimiento de las líneas y el aprovechamiento del blanco de los lienzos para jugar con la luz.

A la salida de la exposición mi hígado reclamaba lo que en justicia le pertenece, así que nos dimos al vermú de grifo para terminar en La fragua de Vulcano comiendo (ojo al dato, que diría Butanito) huevos fritos con chorizo criosho. Tuve que mandar un mensaje a Sureña Madre para notificarle tal evento motivado, sin duda, por alguna extraña conjunción de Urano con Mercurio, o algo.

¿os he contado que me piro a Tánger en Semana Santa? Pues eso, que me voy a Tánger en Semana Santa. Y me pienso llevar Justine de Lawrence Darrell (recomendación personal de Satinado, gracias chato) y a ver si es verdad que existe el Haffa café ese de la canción de Aute para pedir Té a la Menta con Hash, y hacer de Sureña una Debra Wringer en El Cielo protector cualquiera….



Nota Mental Final: Estudiar el motivo por el cual a las chicas no les gusta, como norma, Muchachada Nui y no se ríen con la parodia de Anatoli Karpov contando como a Kasparov le venía la acidez en las partidas y la proyectaba.

Pues eso, que no soy muy dado a hacer de esto una especie de diario, pero esta vez me lo salto porque el fin de semana ha sido estupendo y me ha dado fuerzas para enfrentarme a otra semana más.

Tengan cuidado ahí fuera …. Os dejo con la banda sonora del fin de semana (me parece una canción bellísima aunque no pillo ni papa). Hay partidarios de Cecilia Sarkozy... ¡¡ necios !!